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átomo físico clásico] [Ejercicios
resueltos] [Introducción] [La
electricidad y el átomo] [La
constante de Faraday y la electrolisis] [Experimentos
con tubos de rayos catódicos] [Modelo
atómico de Thomson] [Otros
modelos atómicos clásicos] [Modelo
atómico de Rutherford] [Introducción
al núcleo atómico] [Estequiometría
de isótopos] [Referencias]
La materia exhibe propiedades químicas y físicas, mientras
que las propiedades químicas se enfocan en la reactividad, las propiedades
físicas se basan en interacciones que no alteran la identidad de la sustancia,
pero que en muchas ocasiones dependen del tipo de sustancia. Una propiedad
física particularmente desconcertante era la electricidad.
Etimología de electricidad
Los antiguos griegos notaron que el ámbar atraía pequeños
objetos cuando se frotaba con la piel. Junto con los rayos, este fenómeno es
una de las primeras experiencias registradas de la humanidad con la
electricidad (Ahuja, 1600).
En su tratado De Magnete de 1600, el
científico inglés William Gilbert acuñó el nuevo término latino electrica, para referirse a aquellas
sustancias con propiedades similares a las del ámbar que atraen objetos pequeños
después de ser frotadas (Gilbert, 1600). La palabra electricidad se deriva del latín ēlectrum (también la raíz de la aleación
del mismo nombre), que proviene de la palabra griega para ámbar, ἤλεκτρον (ēlektron).
Figura 2‑1. William Gilbert,
(Colchester, Essex, 24 de mayo de 1544–Londres, 10 de diciembre de 1603) fue un
filósofo natural y médico inglés. Es considerado uno de los pioneros del
estudio científico del magnetismo. Su obra maestra es De Magnete (1600), el primer libro importante sobre Física
publicado en Inglaterra. Introdujo el término electricidad a partir de sus
estudios sobre electrostática. Rechazó con vigor la filosofía aristotélica y el
método escolástico de enseñanza en las universidades.
Dos tipos de carga
A principios de la década de 1700, el químico francés
Charles François du Fay descubrió que, si una hoja de oro cargada es rechazada
por vidrio frotado con seda, entonces la misma hoja de oro cargada es atraída
por el ámbar frotado con lana. A partir de este y otros resultados de tipos
similares de experimentos, du Fay concluyó que la electricidad consta de dos
fluidos eléctricos, fluido vítreo de vidrio frotado con seda y fluido resinoso
de ámbar frotado con lana. Estos dos fluidos pueden neutralizarse entre sí
cuando se combinan (Benjamin, 1895; Keithley, 1999).
Figura 2‑2. Charles François de
Cisternay du Fay (París, 1698 – 1739) fue un físico y químico francés,
superintendente del Jardin du Roy. De familia prominente con influencia en
ambientes militares y eclesiásticos, su padre le consiguió el nombramiento de
químico adjunto en la Academie des
Sciences. Aún sin tener una formación científica, Du Fay, pronto destacó en
sus experimentos sobre la electricidad al enterarse de los trabajos de Stephen
Gray, dedicó su vida al estudio de los fenómenos eléctricos. Publicó sus
trabajos en 1733 siendo el primero en identificar la existencia de dos tipos de
cargas eléctricas (las denominadas hoy en día positiva y negativa), que él
denominó carga vítrea y carga resinosa, debido a que ambas se manifestaban: de
una forma al frotar, con un paño de seda, el vidrio (carga positiva) y de forma
distinta al frotar, con una piel, algunas sustancias resinosas como el ámbar o
la goma, (carga negativa). Las observaciones de Du Fay en electricidad fueron
escritas en diciembre de 1733 y luego impresas en el v. 38 de la Philosophical Transactions of the Royal
Society en 1734 (Farrar, 1969).
Figura 2‑3. Benjamin Franklin
(Boston, 17 de enero de 1706-Filadelfia, 17 de abril de 1790) fue un político,
polímata, científico e inventor estadounidense. Es considerado uno de los
Padres Fundadores de los Estados Unidos.
Más tarde, el científico estadounidense Ebenezer Kinnersley
también llegó de forma independiente a la misma conclusión (μκρκ, 1900).
Una década más tarde, Benjamin Franklin propuso que la electricidad no provenía
de diferentes tipos de fluidos eléctricos, sino de un solo fluido eléctrico que
mostraba un exceso (+) o un déficit (-). Les dio la nomenclatura de carga
moderna de positivo y negativo respectivamente (Erwin, 1995; Singh, 2012). Franklin pensó que el
portador de carga era positivo, pero no identificó correctamente qué situación
era un excedente del portador de carga y qué situación era un déficit (Myers & Myers, 2006).
Entre 1838 y 1851, el filósofo natural
británico Richard Laming desarrolló la idea de que un átomo está compuesto por un núcleo de
materia rodeado de partículas subatómicas que tienen cargas eléctricas
unitarias (Farrar, 1969).
A partir de 1846, el físico alemán William Weber teorizó que la electricidad
estaba compuesta de fluidos cargados positiva y negativamente, y su interacción
se regía por la ley del cuadrado inverso. Después de estudiar el fenómeno de la
electrólisis en 1874, el físico irlandés George Johnstone Stoney sugirió que
existía una "única cantidad definida de electricidad", la carga de un
ion monovalente. Pudo estimar el valor de esta carga elemental e por medio de
las leyes de electrólisis de Faraday (Farrar, 1969).
Sin embargo, Stoney creía que estas cargas estaban unidas permanentemente a los
átomos y no podían eliminarse. En 1881, el físico alemán Hermann von Helmholtz
argumentó que tanto las cargas positivas como las negativas se dividían en
partes elementales, cada una de las cuales "se comporta como átomos de electricidad" (Arabatzis, 2006).
Stoney acuñó inicialmente el término electrolión en 1881. Diez años más tarde, cambió a electrón para describir estas cargas
elementales, escribiendo en 1894: "... se
hizo una estimación de la cantidad real de esta unidad fundamental de
electricidad más notable, para la cual Desde entonces me he aventurado a
sugerir el nombre de electrón. La palabra electrón es una combinación de
las palabras eléctrico e iónico. El sufijo -on que ahora se usa para designar
otras partículas subatómicas, como un protón o un neutrón, se deriva a su vez
del electrón (Arabatzis, 2006).
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