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atomismo filosófico] [Introducción
a las leyes ponderales] [Ley
de la conservación de la masa] [Ley
de las proporciones definidas] [Ley
de las proporciones recíprocas] [Ley
de las proporciones múltiples] [Teoría
atómica de Dalton] [Postulado
de composición] [Postulado
de identidad atómica] [Postulado
de identidad molecular] [Postulado
de asociación] [Postulado
de la ecuación química] [Pesos
atómicos] [La
hipótesis de Avogadro] [La
técnica de Cannizzaro] [Del
molécula-gramo al mol] [Del
mol a la cantidad de sustancia] [Historia
de la teoría cinética] [Modelo
matemático de la teoría cinética] [Estequiometría
de composición] [Ley
de Dulong y Petit] [Referencias]
Las ecuaciones que dedujimos en las secciones anteriores
como:
… no son útiles por separado pues requieren conocer
parámetros que no se pueden contar, o que no se podían contar en la época de
Dalton como el número de átomos, el número de moléculas o la masa atómica
absoluta. Sin embargo, veremos cómo al
combinarlas emergen expresiones nuevas o teoremas que, si pueden ponerse
a prueba experimentalmente, aunque algunas
requieren presupuestos que no son del todo correctos. Tenga en
cuenta, nuevamente, que Dalton no hizo este argumento algebraico, pero sí tuvo
que seguir la línea de pensamiento aquí descrita de manera intuitiva y/o con
técnicas aritméticas.
Masas atómicas relativas (ArI)
En la época de Dalton no se podía saber la masa atómica en
unidades absolutas maI de un solo átomo de nadie (ni tampoco
podían saber que un mismo elemento podría tener valores de maI
ligeramente variables), y tampoco contar átomos NI, o
moléculas Ni, por lo que las ecuaciones 11.1
y 11.2
eran imprácticas. Estas ecuaciones son ejemplos que leyes que surgen de un
análisis abstracto de una teoría, y se diferencian de las leyes empíricas como
las leyes de gases que emergen de experimentos e instrumentos.
La imposibilidad de calcular la masa absoluta de los átomos conllevo
a una de las mayores infelicidades en la historia de la química cuantitativa, la generación de dos escalas de masa de elementos,
aquella que debería medirse en escala absoluta de unidades de masa como
kilogramos, y aquella relativa a una masa de referencia estándar elegida por
acuerdo. En la actualidad ambas escalas se relacionan mediante la siguiente
expresión.
Los pesos “masas” atómicas que encontramos en una tabla
periódica estándar están dadas en unidades relativas a una masa de ponderación
conocida como la constante de masa atómica (mu), pero que
originalmente correspondió a la masa atómica de un elemento, el hidrógeno, sin
embargo, en la actualidad la masa de ponderación es la doceava parte de 12 g de
carbono-12 puro dividido entre el número de Avogadro. La masa atómica de
referencia que pondera a las demás masas atómicas es un acuerdo, por ello la
escala relativa es arbitraria.
Concentrémonos ahora en el problema de la masa relativa,
pues aparentemente ahora tenemos un problema más grande, pues la masa relativa
sigue estando definida en términos de masas atómicas microscópicas que no se
pueden medir con balanzas macroscópicas como las disponibles en el siglo XIX,
así que, debemos encontrar un modo de calcular la
masa relativa con masas que no sean las atómicas.
DEMOSTRACION. Demostrar una ecuación que permita calcular
la masa relativa de un elemento en términos de masas macroscópicas. Asuma que
la masa de referencia es la masa del hidrógeno interpretada como 1 exacto.
El radio de masas puede medirse fácilmente, pero la clave
está en el radio de número de átomos, ¿Cómo encontrar el valor del cociente
para los subíndices?
Masas atómicas relativas al hidrógeno
Lo único de podemos decir el cociente subíndices es que,
según la teoría atómica de Dalton, los subíndices son propios de cada sustancia
“siendo una manifestación atómico-molecular de la ley de proporciones
definidas”, y a falta de más información decidió asumir la hipótesis más
sencilla. Dalton decidió resolver esta situación con dos ideas básicas, la
primera, usar al
👉 hidrógeno como masa
atómica igual a 1 exacto, y
👉 asumir que los
subíndices de sustancias simples como el agua también eran igual a 1 exacto,
de hecho, su fórmula para el agua es HO (la verdadera es H2O)
y para el amoníaco HN (la verdadera es NH3). Sin embargo, al
simplificar las fórmulas se generaba una ecuación que, si se puede resolver,
aunque sea incorrecta, tomando al hidrógeno como masa de ponderación, lo cual
cancela convenientemente el cociente de número de átomos y permite definir la
masa relativa en términos de un cociente de masas macroscópicas que si pueden
medirse con balanzas.
Ejemplo. Si al descomponer amoníaco obtuviera 50.0
gramos de hidrógeno y 232 gramos de nitrógeno, determine la masa atómica
relativa a hidrógeno empleando las fórmulas moleculares para el amoníaco
propuesta por Dalton NH y también su forma moderna NH3.
Usando esta técnica (empleando razonamiento aritmético en
lugar de algebraico) Dalton generó una primera tabla de pesos atómicos
hipotéticos, y digo hipotéticos, porque su elección para el radio de subíndices
de los dos elementos no era correcta.
Figura 15‑1. Lista con los símbolos, nombres y pesos
atómicos dados por Dalton originalmente.
A parte de no elegir correctamente los subíndices, se puede
notar que Dalton cometió errores experimentales al medir la masa equivalente de
hidrógeno a oxígeno, pues si se hace bien la medición el valor obtenido debe
ser de 7.92 oxígeno con respecto al hidrógeno, lo cual tradicionalmente se
redondea a 8. En 1803, Dalton se refirió esta lista de pesos atómicos relativos
al hidrógeno para varias sustancias en una charla ante la Sociedad Filosófica y
Literaria de Manchester sobre la solubilidad de varios gases, como el dióxido
de carbono y el nitrógeno, en agua.
Pero, tal como nos pasa en este punto de la discusión, a
Dalton aun le faltaban conceptos o herramientas matemáticas, por lo que llegó a
conclusiones imprecisas (Kauffman, 1994), o dicho de otro modo, la ecuación 15.3
es incorrecta, debido a que es una simplificación arbitraria de la ecuación 15.2,
el problema es que aún faltaba un medio para acceder a los subíndices por una
ruta diferente de las leyes ponderales y de la medición de la masa. A demás, la
masa atómica de un solo átomo de hidrógeno no es exactamente uno, pero esas son
cosas que nadie podía prever pues, nuevamente faltaban conceptos y tecnologías.
No es como si una teoría científica esté obligada a nacer con una matemática
perfecta de inmediato. Y lo anterior es un detalle general a tener en cuenta,
los científicos asumimos siempre que toda teoría compuesta por un modelo
matemático dado es imperfecta, y por ende perfeccionable.
Átomos y moléculas
Los primeros resultados de Dalton fueron presentados en 1803
en una conferencia (Nash, 1956),
pero el artículo correspondiente a esta primera intervención no fue publicado
sino hasta 1805, pero sin discutir el factor más relevante, es decir, como es
que obtuvo las figuras (Dalton,
1805). El método no fue revelado sino hasta 1807
por un conocido suyo llamado Thomas Thomson en la tercera edición de su libro
de texto, Un Sistema para la Química (Thomson,
1820). Dalton se vio forzado a publicar sus
métodos en su propio libro de texto llamado, Un Nuevo Sistema de la Filosofía de la Química (Dalton,
2010) entre los años de 1808 y 1810, y
secciones del mismo son públicas, por ejemplo (https://web.lemoyne.edu/giunta/DALTON.HTML).
En sus escritos, Dalton usó el término "átomo"
para referirse a la partícula básica de cualquier sustancia química, sin
importar que fueran conjuntos de átomos pegados o átomos libres unitarios.
Dalton no usó la palabra "molécula"; en su lugar, utilizó los términos
"átomo compuesto" y "átomo elemental" para lo que
actualmente llamaríamos compuesto y elemento con átomos libres, y no todos los
elementos se componen de átomos libres, pero eso no podía saberlo Dalton en su
época (Dalton, 2010).
En la actualidad una molécula es un conjunto de átomos del mismo o de
diferentes elementos que viajan juntos debido a sus enlaces químicos.
Consecuencias del modelo atómico de Dalton
En comparación de lo rápido que nos movemos del modelo de
Dalton al modelo de Thomson en el tablero, el proceso histórico para aceptar al
átomo, una entidad no visible, como un concepto científico fue largo, de hecho,
el asunto completo no sería resuelto sino hasta el siglo XX por dos de los más
grandes científicos de todos los tiempos, Albert Einstein (1879-1955) y Jean
Perrin (1870-1942). El modelo de Dalton y su teoría atómica subyacente terminó
de ser propuesta de forma firme para 1808 mediante la publicación del primer
volumen de “Nuevos Sistemas de la Filosofía de la Química” (Dalton,
2010).
La teoría atómica contó con el apoyo de científicos famosos
como Jöns Jakob Berzelius (1779-1848), pero no todos estaban convencidos, por
ejemplo, Humphry Davy (1748-1829) y Claude-Louis Berthollet (1748-1822)
argumentaban en torno al hecho de que los átomos no podían ser evidenciados de
forma directa. La evidencia del átomo era de naturaleza sumamente indirecta,
pero no por ello poco convincente, de hecho, lograba dar una explicación para
la estequiometria –y gracias al trabajo de Avogadro – al explicar las
proporciones de combinación y facilitar los cálculos.
La aceptación de la teoría atómica de Dalton creció bajo el
eslogan de ser “una ficción útil”, se trataba de un modelo sin pretensiones
ontológicas, muchos de los científicos que lo usaban no lo asumían como algo
verdadero, pero debido a su utilidad, el lenguaje cotidiano fue calando poco a
poco a través de la formación de químicos, físicos y biólogos desde 1810 hasta
1910 fecha en la que los últimos negacionistas del átomo murieron –negándolo
hasta la tumba. Ejemplos famosos de negacionistas del átomo fueron Marcellin
Berthelot (1827-1907) y Wilhelm Ostwald (1853-1932).
La aceptación final de la teoría atómica por
la ciencia moderna
Durante la misma década el propio Albert Einstein publicó un
artículo en el que empleaba el modelo del átomo para explicar el fenómeno del
movimiento Browniano (Einstein,
1905). El artículo de Einstein era teórico –como todo lo que hizo- por lo que
su modelo debió ser validado experimentalmente.
Figura 15‑2.
Albert Einstein. (Ulm,
Imperio alemán, 14 de marzo de 1879-Princeton, Estados Unidos, 18 de abril de
1955) fue un físico alemán de origen judío, nacionalizado después suizo,
austriaco y estadounidense. Se lo considera el científico más importante,
conocido y popular del siglo XX.
El encargado de demostrar finalmente la existencia de los
átomos fue Jean Perrin (1870-1942) quien realizó medidas de un sistema real (Perrin,
1909, 1911, 1913), precisamente el mismo
empleado por Einstein de forma teórica –un cilindro con una solución que podía
ser descrita en términos de las leyes de los gases, la presuposición de la
existencia de átomos/moléculas y las suficientes modificaciones –obteniendo
resultados que concordaban con el supuesto de la existencia de átomos y
moléculas. Gracias a este trabajo recibió el premio Nobel en 1926. Resulta
bastante conmovedor que, a pesar de que muchos contemporáneos e historiadores
de las ciencias le acreditan a Perrin el ser el primero en dar una prueba
directa de la existencia de la realidad discontinua de la materia (Bigg, 2008),
al mismo tiempo hubiera terminado por ser excluido del libro de texto y de la
historiografía estándar del átomo en la escuela (Haw, 2005).
De hecho, Perrin también trabajo alrededor del modelo
atómico de Thomson, pero esto es algo que discutiremos en la sección
respectiva. En cualquier caso, la aceptación del átomo demuestra algo, el mito
científico de los momentos de eureka, desde que Dalton publicara su propuesta,
hasta que Perrin aportara el aspecto más importante para aceptar su realidad
pasaron más de 100 años de debates, controversias, descalificaciones y puntos
de vista sobre el átomo.
También se resalta que pueden existir premios Nobel,
expertos en el tema –como Ostwald – que son negacioncitas minoritarios de un
modelo o teoría aceptada por el resto de la comunidad, en este caso lo que
valida a la teoría no es la apelación a las mayorías, sino al hecho de que el
programa de investigación mayoritario se demuestra fructífero y aplicable
a aspectos que originalmente no venían incluidos por
los proponentes originales, esto es lo que puede ser denominado como un
programa de investigación progresivo (Lakatos,
1978).
Cabe resaltar que la década en la que Perrin obtiene el Nobel también es la
década en la que el modelo del átomo cuántico queda establecido, y el camino
hacia el mundo de las partículas cuánticas y la física de partículas lleva a la
física moderna, con el modelo estándar y los grandes aceleradores de
partículas.
Figura 15‑3. Jean Baptiste Perrin (Lille, 30 de septiembre de 1870-Nueva York, 17 de abril de 1942) fue un químico físico francés galardonado con el Premio Nobel de Física en 1926 por sus trabajos sobre los rayos catódicos y sobre el equilibrio de sedimentación.
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