domingo, 13 de junio de 2021

La química en el mundo antiguo y edad media

 La química griega

Las primeras civilizaciones, como los egipcios babilonios, indios acumularon conocimiento práctico sobre las artes de la metalurgia, la cerámica y los tintes, pero no desarrollaron una teoría sistemática y abstracta. Una hipótesis química básica surgió por primera vez en la Grecia clásica con la teoría de los cuatro elementos. Tal como Aristóteles propuso definitivamente el fuego, el aire, la tierra y el agua eran los elementos fundamentales a partir de los cuales todo se forma como una combinación de estos. 

El atomismo griego data del 440 aC, surgiendo en obras de filósofos como Demócrito (Figura 3) y Epicuro. En 50 aC, el filósofo romano Lucrecio amplió la teoría en su libro De rerum natura (Sobre la naturaleza de las cosas). A diferencia de los conceptos modernos de la ciencia, el atomismo griego era de naturaleza puramente filosófica, con poca preocupación por las observaciones empíricas y sin interés por los experimentos químicos, aunque filósofos como Platón les dotaron de formas asociadas a los elementos de Aristóteles en la forma de los estoiqueias. En el mundo helenístico, el arte de la alquimia primero prolifera, mezclando magia y ocultismo en el estudio de las sustancias naturales con el objetivo final de transmutar elementos en oro y descubrir el elixir de la vida eterna. El trabajo, en particular el desarrollo de la destilación, continuó en el período bizantino temprano, siendo Zósimo de Panopolis un alquimista griego-egipcio su exponente más famoso (Lloyd, 2012; Sherwood Taylor, 1937). 

La química árabe

 La alquimia continuó desarrollándose y practicándose en todo el mundo árabe después de las conquistas musulmanas, y desde allí, y desde los remanentes bizantinos, se difundió en la Europa medieval y renacentista a través de traducciones latinas. Algunos químicos musulmanes influyentes fueron Abū al-Rayhān al- Bīrūnī, Avicenna (Figura 4) y Al-Kindi, quienes se opusieron al esoterismo y los cuatro elementos de la alquimia clásica, particularmente la teoría de la transmutación de metales; y al-Tusi describió una versión de la conservación de la masa, señalando que un cuerpo de materia puede cambiar, pero no puede desaparecer. 

Figura 6.  Avicena. Abū ‘Alī al-Husayn ibn ‘Abd Allāh ibn Sĩnã (en persa: ابو علی الحسین ابن عبدالله ابن سینا; en árabe: أبو علي الحسین بن عبدالله بن سینا; Bujará, Gran Jorasán, c. 980-Hamadán, 1037). Fue médico, filósofo, científico, polímata, musulmán, de nacionalidad persa por nacimiento.​ Escribió cerca de trescientos libros sobre diferentes temas, predominantemente de filosofía y medicina.

El desarrollo del método científico moderno fue lento y arduo, pero un método científico temprano para la química comenzó a emerger entre los primeros químicos musulmanes, a partir del siglo noveno el filósofo árabe ibn Hayyān (conocido como "Geber" en Europa), que es a veces denominado "el padre de la química", introdujo un enfoque sistemático y experimental para la investigación científica basada en el laboratorio, en contraste con los antiguos alquimistas griegos y egipcios, cuyas obras fueron en gran parte alegórica y, a menudo ininteligible. Los alquimistas árabes se comunicaban entre ellos y criticaban, lo cual implica la aparición de las primeras comunidades científicas, con un lenguaje propio y problemas de investigación comunes (Cobb & Goldwhite, 2001).

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