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domingo, 13 de junio de 2021

La química moderna

El átomo

El modelo matemático de Dalton presentó fallas graves que casi lo convierten en un hazmerreir científico. Estos problemas fueron corregidos por químicos de gases como Joseph-Louis Gay-Lussac, Amadeo Avogadro, y Stanislao Cannizzaro entre muchos otros. Sin embargo, la teoría atómica no fue fácilmente aceptada y durante casi todo el siglo XIX se dudó de su existencia. Aunque sus afirmaciones no serían confirmadas sino hasta el siglo XX por parte de Perrin y Einstein (Bigg, 2008; Haw, 2002; Philibert, 2006).

La tabla periódica y la purificación de elementos

El desarrollo de la teoría electroquímica de combinaciones químicas se produjo a principios del siglo XIX como resultado del trabajo de dos científicos en particular, J. J. Berzelius y Humphry Davy (Figura 9), hecho posible por la invención previa de la pila voltaica de Alessandro Volta. Davy descubrió nueve elementos nuevos, incluidos los metales alcalinos, extrayéndolos de sus óxidos con corriente eléctrica. El británico William Prout propuso por primera vez ordenar todos los elementos por su peso atómico, ya que todos los átomos tenían un peso que era un múltiplo exacto del peso atómico del hidrógeno. J. A. R. Newlands ideó una tabla inicial de elementos, que luego fue desarrollada en la casi-moderna tabla periódica de elementos en la década de 1860 por Dmitri Mendeleev e independientemente por varios otros científicos como Julius Lothar Meyer. Los gases inertes, más tarde llamados gases nobles, fueron descubiertos por William Ramsay en colaboración con Lord Rayleigh a fines de siglo, completando así la estructura básica de la tabla, aunque muy diferentes de nuestras tablas de mano, las cuales no se estandarizarían sino hasta el siglo XX (Brock, 2016; Jensen, 1998; T. S. Kuhn, 1952; Larrañaga et al., 2016).

La físico-química nuclear y el átomo

A comienzos del siglo XX, los fundamentos teóricos de la química finalmente se comprendieron gracias a una serie de descubrimientos notables que tuvieron éxito al explorar y descubrir la naturaleza misma de la estructura interna de los átomos. En 1897, J. J. Thomson de la Universidad de Cambridge descubrió el electrón y poco después el científico francés Becquerel y la pareja Pierre y Marie Curie investigaron el fenómeno de la radioactividad.
 

 Figura 10.  Niels Henrik David Bohr (1885-1962) fue un físico danés que contribuyó en la comprensión del átomo y la mecánica cuántica. Fue galardonado con el Premio Nobel de Física en 1922

En una serie de experimentos de dispersión pioneros, Ernest Rutherford de la Universidad de Manchester descubrió la estructura interna del átomo y la existencia del protón, clasificó y explicó los diferentes tipos de radiactividad y transmutó con éxito el primer elemento bombardeando nitrógeno con partículas alfa. Su trabajo sobre la estructura atómica fue mejorado por sus estudiantes, el físico danés Niels Bohr y Henry Moseley. La teoría electrónica de enlaces químicos y orbitales moleculares fue desarrollada por los científicos estadounidenses Linus Pauling y Gilbert N. Lewis. El año 2011 fue declarado por las Naciones Unidas como el Año Internacional de la Química. Fue una iniciativa de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada, y de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura e involucra sociedades químicas, académicos e instituciones de todo el mundo y se basó en iniciativas individuales para organizar actividades locales y regionales (Van Melsen, 2004).

Aclaraciones finales

Esta breve reseña de la historia de la química se realiza desde la perspectiva de la química general o química inorgánica, por lo que se ha excluido de manera consciente los detalles de la historia de la química orgánica, y la bioquímica.

La química en la ilustración

 

La ilustración

Bajo la influencia de los nuevos métodos empíricos propuestos por Sir Francis Bacon y otros, un grupo de químicos en Oxford, Robert Boyle, Robert Hooke y John Mayow comenzaron a remodelar las viejas tradiciones alquímicas en una disciplina científica. Boyle, en particular, es considerado como el padre fundador de la química occidental debido a su trabajo más importante, el texto clásico de la química “El químico escéptico” (Boyle, 1911) donde se hace la diferenciación entre las pretensiones de la alquimia y los descubrimientos científicos empíricos de la nueva química. Formuló la ley de Boyle, rechazó los "cuatro elementos" clásicos  y propuso una alternativa mecanicista de átomos y reacciones químicas que podrían estar sujetos a un experimento riguroso (Brock, 2016; Jensen, 1998; T. S. Kuhn, 1952; Larrañaga et al., 2016).

Figura 7.   Antoine-Laurent de Lavoisier  (París, Francia, 26 de agosto de 1743 - ibídem, 8 de mayo de 1794) fue un químico, biólogo y economista francés. Considerado el «padre de la química moderna»​ por sus estudios sobre la oxidación de los cuerpos, el fenómeno de la respiración animal, el análisis del aire, la ley de conservación de la masa o ley Lomonósov-Lavoisier,2 la teoría calórica, la combustión y sus estudios sobre la fotosíntesis.

Figura 8.   Georg Ernst Stahl (22 de octubre de 1659 - 24 de mayo de 1734) fue un químico, médico y filósofo alemán. Apoyaba el vitalismo, y hasta finales del siglo XVIII sus trabajos sobre el flogisto fueron aceptados como una explicación para los procesos químicos.

Figura 9. Sir Humphrey Davy, 1er Baronet,  (Penzance, Cornualles, Reino Unido, 17 de diciembre de 1778 - Ginebra, Suiza, 29 de mayo de 1829) fue un químico británico, considerado el fundador de la electroquímica, junto con Alessandro Volta y Michael Faraday.

El flogisto, el átomo y la química de gases

La teoría del flogisto (una sustancia en la raíz de toda la combustión) fue propuesta por el alemán Georg Ernst Stahl (Figura 5) a principios del siglo XVIII y fue anulada por el químico francés Antoine Lavoisier (Figura 6), el análogo químico de Newton en el siglo pasado para la Física; quien hizo más que ningún otro para establecer la nueva ciencia sobre una base teórica adecuada, elucidando el principio de la conservación de la masa y desarrollando un nuevo sistema de nomenclatura química utilizado hasta el presente, también enfocándose en el desarrollo de textos de enseñanza para popularizar su punto de vista. 

Antes de su trabajo, sin embargo, se habían hecho muchos descubrimientos importantes, específicamente relacionados con la naturaleza del "aire" que se descubrió que estaba compuesto por muchos gases diferentes. El químico escocés Joseph Black (el primer químico experimental) y el holandés J. B. van Helmont descubrieron el dióxido de carbono, o lo que llamaron "aire fijo" en 1754; Henry Cavendish descubrió el hidrógeno y dilucidó sus propiedades y Joseph Priestley e, independientemente, Carl Wilhelm Scheele aisló el oxígeno puro (Brock, 2016; Jensen, 1998; T. S. Kuhn, 1952; Larrañaga et al., 2016).

La química en el mundo antiguo y edad media

 La química griega

Las primeras civilizaciones, como los egipcios babilonios, indios acumularon conocimiento práctico sobre las artes de la metalurgia, la cerámica y los tintes, pero no desarrollaron una teoría sistemática y abstracta. Una hipótesis química básica surgió por primera vez en la Grecia clásica con la teoría de los cuatro elementos. Tal como Aristóteles propuso definitivamente el fuego, el aire, la tierra y el agua eran los elementos fundamentales a partir de los cuales todo se forma como una combinación de estos. 

El atomismo griego data del 440 aC, surgiendo en obras de filósofos como Demócrito (Figura 3) y Epicuro. En 50 aC, el filósofo romano Lucrecio amplió la teoría en su libro De rerum natura (Sobre la naturaleza de las cosas). A diferencia de los conceptos modernos de la ciencia, el atomismo griego era de naturaleza puramente filosófica, con poca preocupación por las observaciones empíricas y sin interés por los experimentos químicos, aunque filósofos como Platón les dotaron de formas asociadas a los elementos de Aristóteles en la forma de los estoiqueias. En el mundo helenístico, el arte de la alquimia primero prolifera, mezclando magia y ocultismo en el estudio de las sustancias naturales con el objetivo final de transmutar elementos en oro y descubrir el elixir de la vida eterna. El trabajo, en particular el desarrollo de la destilación, continuó en el período bizantino temprano, siendo Zósimo de Panopolis un alquimista griego-egipcio su exponente más famoso (Lloyd, 2012; Sherwood Taylor, 1937). 

La química árabe

 La alquimia continuó desarrollándose y practicándose en todo el mundo árabe después de las conquistas musulmanas, y desde allí, y desde los remanentes bizantinos, se difundió en la Europa medieval y renacentista a través de traducciones latinas. Algunos químicos musulmanes influyentes fueron Abū al-Rayhān al- Bīrūnī, Avicenna (Figura 4) y Al-Kindi, quienes se opusieron al esoterismo y los cuatro elementos de la alquimia clásica, particularmente la teoría de la transmutación de metales; y al-Tusi describió una versión de la conservación de la masa, señalando que un cuerpo de materia puede cambiar, pero no puede desaparecer. 

Figura 6.  Avicena. Abū ‘Alī al-Husayn ibn ‘Abd Allāh ibn Sĩnã (en persa: ابو علی الحسین ابن عبدالله ابن سینا; en árabe: أبو علي الحسین بن عبدالله بن سینا; Bujará, Gran Jorasán, c. 980-Hamadán, 1037). Fue médico, filósofo, científico, polímata, musulmán, de nacionalidad persa por nacimiento.​ Escribió cerca de trescientos libros sobre diferentes temas, predominantemente de filosofía y medicina.

El desarrollo del método científico moderno fue lento y arduo, pero un método científico temprano para la química comenzó a emerger entre los primeros químicos musulmanes, a partir del siglo noveno el filósofo árabe ibn Hayyān (conocido como "Geber" en Europa), que es a veces denominado "el padre de la química", introdujo un enfoque sistemático y experimental para la investigación científica basada en el laboratorio, en contraste con los antiguos alquimistas griegos y egipcios, cuyas obras fueron en gran parte alegórica y, a menudo ininteligible. Los alquimistas árabes se comunicaban entre ellos y criticaban, lo cual implica la aparición de las primeras comunidades científicas, con un lenguaje propio y problemas de investigación comunes (Cobb & Goldwhite, 2001).

10. Los métodos científicos | ⚗️ Introducción a la química | Joseleg

[Ciencias de Joseleg] [Química] [La materia] [Introducción al curso de química] [Introducción a la química] [Para novatos] [Importancia] [Que es la química] [Generalidades de la materia] [Generalidades del lenguaje químico] [Generalidades de los cálculos químicos] [Historia de la química] [Los modelos científicos] [Los métodos científicos] [Referencias bibliográficas]


 Probablemente hayas pasado algún tiempo jugando videojuegos, y sepas que aprender a jugar requiere de un proceso lento de prueba y error. Intentas una cosa y te derriban, así que la próxima vez que intentes con otra cosa. Poco a poco llegarás a saber cómo superar todas las trampas y llegar al final. Tus acciones en el juego no están muy lejos de la forma en que los científicos abordan el estudio del mundo que nos rodea. Los científicos son criaturas curiosas que quieren saber qué hace que el mundo "funcione". El enfoque que adoptan para su trabajo se conoce generalmente como el Método Científico. Básicamente se reduce a reunir información y formular explicaciones naturales, es decir sin recurrir a eventos que estén más allá del control tecnológico, por lo que es trampa recurrir a explicaciones que impliquen espíritus, fantasmas, dioses, ángeles o demonios.

En las ciencias, por lo general, recopilamos información realizando experimentos en laboratorios bajo condiciones controladas para que las observaciones que hacemos sean reproducibles. Una observación es una declaración que describe con precisión algo que vemos, escuchamos, sentimos, sentimos u olemos. Las observaciones que hacemos durante la realización de experimentos se conocen como datos. Los datos recopilados durante un experimento a menudo nos llevan a sacar conclusiones. Una conclusión es una declaración que se basa en lo que pensamos acerca de una serie de observaciones (Timberlake, 2015). Por ejemplo, considere las siguientes declaraciones sobre la fermentación del jugo de uva para hacer vino:

1. Antes de la fermentación, el jugo de uva es muy dulce y no contiene alcohol.

2. Después de la fermentación, el jugo de uva ya no es tan dulce y contiene una gran cantidad de alcohol.

3. En la fermentación, el azúcar se convierte en alcohol.

Las declaraciones 1 y 2 son observaciones o fenómenos porque describen las propiedades del zumo de uva que se puede saborear y oler. El enunciado 3 es una conclusión porque interpreta las observaciones disponibles, y dado que no es posible ver como las bacterias modifican las moléculas de azúcar en alcohol se requiere de generar modelos, idealizaciones para poder representar mentalmente, en papel o en un programa computarizado, para “visualizar” la explicación del fenómeno (Timberlake, 2015).

   Fenómenos y leyes

Uno de los objetivos de la ciencia es organizar los hechos para establecer relaciones o generalizaciones entre los datos. Por ejemplo, si estudiamos el comportamiento de los gases, como el aire que respiramos, pronto descubrimos que el volumen de un gas V depende de varios factores, incluida la cantidad de gas n, su temperatura T y su presión P. Las observaciones que registramos relacionando estos factores son nuestros datos.

Una generalización que podríamos hacer al estudiar los datos obtenidos de muchos experimentos realizados con diferentes temperaturas y presiones es que cuando la temperatura del gas se mantiene constante, exprimir el gas en la mitad de su volumen original hace que la presión del gas se duplique. Si tuviéramos que repetir nuestros experimentos muchas veces con numerosos gases diferentes, entenderíamos que esta generalización es uniformemente aplicable a todos ellos.

Una generalización tan amplia, basada en los resultados de muchos experimentos, se llama ley o ley científica, en este caso obtenida inductivamente. A menudo expresamos leyes en forma de ecuaciones matemáticas (McComas, 1998). Por ejemplo, si representamos la presión de un gas por el símbolo P y su volumen por V, la relación inversa entre presión y volumen puede escribirse como Pi∙Vi =k, donde k es una constante de proporcionalidad.

Modelos como hipótesis y teorías

Por muy útiles que sean, las leyes obtenidas inductivamente solo establecen lo que sucede; ellos no proporcionan explicaciones. ¿Por qué, por ejemplo, los gases se comprimen tan fácilmente a un volumen más pequeño? Más específicamente, ¿cómo deben ser los gases al nivel elemental más elemental para que se comporten como lo hacen? Responder tales preguntas cuando surgen no es tarea fácil y requiere mucha especulación, imaginación y matemáticas. Pero con el tiempo los científicos construyen imágenes mentales, llamadas modelos teóricos, que les permiten explicar las leyes observadas.

Una vez que se tiene la idea general de lo que pasa, es decir el fundamento o núcleo fuerte de la teoría, los científicos deben corporizar estas ideas en forma de ecuaciones matemáticas simples, esto se conoce como modelado axiomático. Un aspecto extraño del modelado axiomático es que, permite a los científicos toparse con muchas ecuaciones matemáticas simples de fenómenos estudiables, en otras palabras, es una segunda forma de obtener leyes científicas, pero en este caso son leyes deductivas. El modelo axiomático es el cuerpo matemático de la teoría, y para muchos podría definirse como la teoría en su forma verdadera, una forma matemática. Con las ecuaciones los científicos pueden realizar simulaciones reemplazando valores ideales en las variables y obteniendo resultados tentativos o hipótesis (McComas, 1998).

Luego realizan experimentos que prueban las predicciones derivadas del modelo, para ver si las fórmulas matemáticas generadas desde la teoría sirven o no. Algunas veces los resultados muestran que el modelo es incorrecto. Cuando esto sucede, el modelo debe abandonarse o modificarse para tener en cuenta los nuevos datos, en ocasiones solo basta con alterar alguna ecuación, en otras el presupuesto teórico fundamental debe abandonarse del todo. Eventualmente, si la teoría y su modelo sobreviven a las pruebas repetidas, logra el estado de una teoría. Una teoría es una explicación muy contrastada del comportamiento de la naturaleza y que bajo todas las condiciones posibles “técnicamente en un momento determinado en la realidad” parece funcionar para explicar, predecir y controlar. Tenga en cuenta, sin embargo, que es imposible realizar cada prueba “idealmente concebible” que pueda mostrar que una teoría está equivocada, por lo que nunca podemos demostrar absolutamente que una teoría es correcta. En ocasiones las teorías y modelos no son perfectos y se producen muchos contraejemplos, pero no por eso se abandona un modelo, una ciencia sin modelo no puede avanzar. En química sucede mucho, los modelos que empleamos explican la mayoría de los fenómenos, pero casi siempre nos encontramos un fenómeno que no cuadra o contraejemplo (Kuhn, 2010; Lakatos, 1978).

La ciencia no siempre procede de la manera ordenada paso a paso descrita anteriormente. La suerte a veces juega un papel importante. Por ejemplo, en 1828 Frederick Wöhler, un químico alemán, estaba probando una de sus teorías y obtuvo un material inesperado cuando calentaba una sustancia llamada cianato de amonio. Por curiosidad, lo analizó y descubrió que era urea (un componente de la orina). Esto fue emocionante porque era la primera vez que alguien fabricaba a sabiendas una sustancia producida solo por criaturas vivientes a partir de un químico que no tiene un origen de vivo. El hecho de que esto podría hacerse llevó a una nueva rama de la química llamada química orgánica. Sin embargo, de no haber sido por la curiosidad de Wöhler y su aplicación del método científico a sus inesperados resultados, la importancia de su experimento podría haber pasado desapercibida. Recuerde siempre, los procedimientos experimentales no producen errores, todo resultado es un dato que debe analizarse y explicarse, y mucho más importante, a veces los resultados inesperados son los más valiosos (McKie, 1944; Ramberg, 2000).

Como nota final, es significativo que los cambios más espectaculares y dramáticos en la ciencia ocurran cuando las principales teorías se prueban erróneas. Aunque esto ocurre solo en raras ocasiones, cuando ocurre, los científicos son enviados a luchar para desarrollar nuevas teorías o modelos de dichas teorías, y se abren nuevas y emocionantes fronteras.

Inductivo o deductivo

Por tradición el método científico se ejemplifica en su ruta inductiva:

Experimento → dato → hipótesis → ley → teoría.

Sin embargo, muchas teorías famosas no obedecen esta ruta, por ejemplo, en la física y la químico-física lo que se tiene son:

Fenómeno →teoría →modelo matemático → leyes → hipótesis → experimento → análisis estadístico.

Por un lado, la ruta inductiva parte de los datos hasta llegar a la teoría, pero esta ruta es tan rara que virtualmente no conozco ciencia que la siga, especialmente si hablamos de una ciencia que posea un núcleo matemático fuerte, es más común encontrarnos con una ruta deductiva en la que las leyes son consecuencias de una teoría que se traduce en un núcleo matemático fuerte, y son las leyes que emergen de dicho núcleo matemático las que pueden ponerse a prueba.

Hay que destacar que la parte experimental puede dilatarse por años o décadas completas, por lo que hablamos de programas investigativos a largo plazo, por lo que es bien común que científicos prestigiosos dediquen su carrera a un modelo que resulte resulta en definitiva… erróneo, pero eso no los hace estúpidos, en ciencia los errores no son el acabose, son una parte más del trabajo científico y como tal son apreciados, lo que si se desprecia es tratar de ocultarlos o disfrazarlos. 

9. Los modelos científicos | ⚗️ Introducción a la química | Joseleg

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En química deberemos trabajar con diversos tipos de modelos como son:

👉 modelos del núcleo del átomo;

👉 modelos del átomo completo;

👉 modelos moleculares;

👉 modelos de reacciones químicas;

👉 modelos de un experimento.

👉 modelos matemáticos: algebraicos, aritméticos de lenguaje de programación.

La capacidad que se tiene de comparar los datos experimentales con los del modelo es crucial para la argumentación científica, pero tendemos a despreciar este concepto cuando hablamos del método científico, lo cual genera confusiones o insatisfacción con los informes de laboratorio generados por los estudiantes.

Figura 91.  Modelos y realidad. Los modelos son una representación de un fenómeno, pero nunca son el fenómeno en sí mismo.

Sin embargo, se hacen basados ​​en una percepción de la realidad. Esta percepción ya es un modelo en sí misma, ya que viene con una restricción física. También existen restricciones sobre lo que podemos con nuestras herramientas y métodos actuales, y restricciones cognitivas que limitan lo que podemos explicar con nuestras teorías actuales. En ocasiones el contexto impide llegar a una conclusión que con el tiempo llega a parecer como evidente en sí misma, como la evolución o el atomismo. Hay que tener en cuenta que la relación abstracto – fenómeno es dual y una nunca reemplaza a la otra, las teorías no se gradúan de hechos, una cosa es un hecho tangible y la otra es la entidad abstracta modelo-teoría que empleamos para describirlo de manera general “teoría” o de manera numéricamente concreta “modelo”.

Un modelo científico busca representar objetos empíricos, fenómenos y procesos físicos de una manera lógica y objetiva. Todos los modelos son abstracciones simuladas bellas que no existen realmente “como las modelos que pasan por photoshop”, es decir, reflejos simplificados de la realidad que, a pesar de ser aproximaciones, pueden ser extremadamente útiles.  Construir y disputar modelos es fundamental para la empresa científica. La representación completa y verdadera puede ser imposible, pero el debate científico a menudo se refiere a cuál es el mejor modelo para una tarea determinada, por ejemplo, cuál es el modelo climático más preciso para la predicción estacional.  Una misma teoría base puede ser representada por diversos modelos, por ejemplo, la teoría de la evolución postula que los seres vivos cambian, la labor de los modelos es describir como se da el cambio. Del mismo modo en la teoría atómica tenemos que la materia está constituida por pequeñas partículas llamadas átomos, la labor de los modelos es describir la estructura y funcionamiento de los átomos.

Los intentos de formalizar los principios de las ciencias empíricas utilizan una interpretación para modelar la realidad, de la misma manera que los lógicos axiomatizan los principios de la lógica. El objetivo de estos intentos es construir un sistema formal que no produzca consecuencias teóricas que sean contrarias a lo que se encuentra en la realidad llamadas paradojas o contra-ejemplos. Los modelos son el puente que permite hacer predicciones de campo o laboratorio, generar hipótesis concretas y por lo tanto, hacer experimentos, así que el valor del modelo y la teoría que lo sustenta se mide como una consecuencia de su habilidad para explicar y predecir fenómenos que pueden ser manipulados por medio de esos modelos a través del diseño tecnológico (Bailer-Jones, 2009; Justi & Gilbert, 2000; Morgan & Morrison, 1999).

Un modelo es una simplificación y una abstracción orientadas a la tarea y con un propósito de una percepción de la realidad, conformada por restricciones físicas, legales y cognitivas. Se basa en tareas, porque un modelo se captura con una determinada pregunta o tarea en mente. Las simplificaciones dejan afuera todas las entidades conocidas y observadas y su relación que no son importantes para la tarea. La abstracción agrega información que es importante, pero no necesaria con el mismo detalle que el objeto de interés. Ambas actividades, simplificación y abstracción, se hacen a propósito.

Figura 92.  Los mapas son modelos. Los mapas son modelos simplificados del fenómeno geográfico, si un mapa se hiciera tan grande como para representar totalmente su región geográfica, sería tan complicado como la realidad misma y perdería utilidad.

Los modelos permiten la simulación de un evento, ya sea en ejercicios de lápiz y papel o por medio de software especializado, lo cual genera una predicción o hipótesis, que puede ser una cualidad del sistema “cambia de un color A a un color B” o un valor cuantificable “una variable determinada debe tener un valor X”, y dicha hipótesis es la que puede ponerse a prueba por medio de un diseño experimental. Aunque en la actualidad las simulaciones se hacen por computadoras con altísimos niveles de detalle, los ejercicios o problemas de lápiz y papel que debemos resolver a lo largo del curso de química también son un método de simulación, así como también lo son los experimentos mentales (Bailer-Jones, 2009; Justi & Gilbert, 2000; Morgan & Morrison, 1999). Los modelos no pueden tener todos los detalles del fenómeno real, ya que perderían utilidad.

8. Historia de la química | ⚗️ Introducción a la química | Joseleg

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La palabra química proviene de la alquimia, que se refería a un conjunto anterior de prácticas que abarcaban elementos de la química, la metalurgia, la filosofía, la astrología, la astronomía, el misticismo y la medicina.

Figura 81. Demócrito (en griego: Δημόκριτος; Abdera, Tracia, c. 460 a. C.-c. 370 a. C.) conocido también como El filósofo risueño, fue un filósofo y matemático griego que vivió entre los siglos V-IV a. C.1​2​ Discípulo de Leucipo, se le llama también «el filósofo que ríe». Pensador con un amplio campo de intereses, es especialmente recordado por su concepción atomista de la materia.

A menudo se considera vinculado a la búsqueda de convertir el plomo u otro material de partida común en oro. La palabra moderna alquimia a su vez se deriva de la palabra árabe al-kīmīā (الکیمیاء). En origen, el término está tomado del griego χημία o χημεία. Esto puede tener orígenes egipcios ya que al-kīmīā se deriva del griego χημία, que a su vez deriva de la palabra Chemi o Kimi, que es el antiguo nombre en egipcio. Alternativamente, al-kīmīā puede derivar de χημεία, que significa "fundirse" (Brock, 2016; Jensen, 1998; Kuhn, 1952; Larrañaga, Lewis, & Lewis, 2016).

El concepto de química

La definición de química ha cambiado con el tiempo, a medida que los nuevos descubrimientos y teorías se agregan a la funcionalidad de la ciencia.

Figura 82.   Robert Boyle  (Waterford, 25 de enero de 1627-Londres, 31 de diciembre de 1691)1​ fue un filósofo natural, químico, físico e inventor. También fue un prominente teólogo cristiano. Como científico es conocido principalmente por la formulación de la ley de Boyle,​ además de que es generalmente considerado hoy como el primer químico moderno y por lo tanto uno de los fundadores de la química moderna. Su obra  (El químico escéptico) es considerada una obra fundamental en la historia de la química.

El término "química", en opinión del célebre científico Robert Boyle en 1661 (figura 8.2), significó el tema de los principios materiales de los cuerpos mixtos.  La definición de 1730 de la palabra "química", tal como la usó Georg Ernst Stahl, significó el arte de resolver cuerpos mixtos, compuestos o agregados en sus principios; y de componer tales cuerpos a partir de esos principios. En 1837, Jean-Baptiste Dumas consideró la palabra "química" para referirse a la ciencia relacionada con las leyes y los efectos de las fuerzas moleculares.  Esta definición evolucionó aún más hasta que, en 1947, llegó a significar la ciencia de las sustancias: su estructura, sus propiedades y las reacciones que las transforman en otras sustancias, una caracterización aceptada por Linus Pauling. Más recientemente, en 1998, el profesor Raymond Chang amplió la definición de "química" para significar el estudio de la materia y los cambios que sufre (Brock, 2016; Jensen, 1998; Kuhn, 1952; Larrañaga et al., 2016).

La química va más allá de la humanidad

La química es casi tan vieja como la humanidad, e incluso podría afirmarse que la química va más allá de la humanidad, toda especie humana “primates pertenecientes al género Homo” capaz de dominar el fuego sería también capaz de realizar procesos de transformación de la materia, desde procesos simples como endurecer la punta de un palo de madera al fuego, hasta procesos realmente complejos.

Figura 83.  La química y la humanidad.  Acostumbrados como estamos a representar a los neandertales como machos de pelo en todas partes, es interesante ver que también debían tener castas intelectuales, una tecnología no solo requiere de “genios y sabios” para su desarrollo, sino de todo un colectivo que estandariza, copia y transmite una determinada tecnología.

Investigaciones recientes demuestran que otras especies humanas como el hombre de Neandertal era capaz de realizar procesos de trasformación química complejos, como la destilación de pegamento de alquitrán en medio anaeróbico para fijar las puntas de piedra a sus lanzas de manera más firme empleando cascaras de huevo, residuos vegetales, lodo y carbón ardiente (Kozowyk, Soressi, Pomstra, & Langejans, 2017). Cualquier error haría arder el contenido.

Figura 84.  Laboratorio y cocina.  Los morteros son instrumentos que han cambiado muy poco desde que fueron diseñados para crear alimentos.

El alquitrán es un pegamento poderoso útil para las puntas de lanza más robustas que empleaban los neandertales. Pero el problema es que no es una sustancia que se obtenga fácilmente, debido a que cualquier fallo provoca un incendio y la obtención de cenizas en lugar del pegamento. La razón de esto es que el alquitrán se obtiene al destilar o separar los aceites viscosos vegetales del agua y otros líquidos volátiles de ámbar, muestras se savia o corteza vegetal. Todos sabemos que, si calentamos muestras vegetales, se llega raídamente al punto de ignición. Y al quemarse el material orgánico, lo que se obtienen son inútiles cenizas en lugar del pegamento deseado. Para destilar ese pegamento es necesario emplear un medio anaeróbico, que impida la presencia de oxígeno. Este recipiente también podría llegar a quemarse debido a que posiblemente estaría hecho de materia orgánica, así que un truco para lograr la transferencia de calor es usar una capa de tierra aislante.

De esta manera la llama se encendería sobre el montículo, pero la capa de tierra y el recipiente impiden la entrada de oxígeno, y sin oxígeno la materia orgánica no puede encenderse, lo que permite, la transformación del material natural, en otro que no es tan natural, con propósitos tecnológicos y prácticos, una imposición de la mente sobre la materia para fines concretos.

Se cree que las habilidades para controlar con precisión las temperaturas del fuego y para manipular las propiedades adhesivas requieren rasgos mentales avanzados. Sin embargo, la importancia otorgada a la tecnología adhesiva en estos debates ha superado rápidamente nuestra comprensión de la química del alquitrán de corteza de abedul y su fabricación utilizando técnicas anteriores a la era de la cerámica.

Es posible obtener cantidades útiles de alquitrán combinando materiales y tecnología ya en uso por los neandertales. No se requiere un recipiente de cerámica, y el control de temperatura no necesita ser tan preciso como se pensaba. Sin embargo, los neandertales deben haber sido capaces de reconocer ciertas propiedades “químicas” de los materiales, como adherencia y viscosidad. De esta manera, los equipos combinados de arqueólogos, antropólogos y químicos han reinventado la tecnología de la producción de pequeñas trazas de alquitrán equivalentes a las encontradas en el registro arqueológico del Paleolítico Medio. En otras palabras, los seres humanos no somos los únicos en planear cambios químicos para crear sustancias que en la naturaleza no existen, es decir, una síntesis química.

Figura 85.  Adornos.  La puerta de Isthar de Babilonia representa uno de los usos más impresionantes del ladrillo azulejo en el mundo antiguo.

El animismo, entre la superstición y la practicidad

El fundamento teórico de estos primeros cambios era el animismo, los espíritus eran convocados por el fuego y otras fuerzas para poder realizar las transmutaciones de la materia, las fermentaciones de la cerveza para crear alcohol a partir de bebidas endulzadas involucraba rituales, los creadores de armas podían llegar a ser sacerdotes (Eliade, & Ledesma, 1974), en Japón por ejemplo la bondad o maldad del herrero se transfería a sus armas.

Quienes controlan la química en esta época son fundamentalmente todos, pues solo se necesita fuego para hacer cambios químicos simples, pero quienes destacarían más en las primeras sociedades y posteriormente las primeras civilizaciones serían los herreros, boticarios y médicos chamanes que dominan los materiales naturales para crear armas, y medicamentos. Y, evidentemente, los cocineros, que por muy poco tenidos en cuenta que estén en una historia de la química, es más que evidentemente involucrados que los utensilios de cocina debieron ser los mismos que los primeros utensilios de química, pues, en muchas cocinas lo siguen siendo.

Sin embargo, ninguno de estos oficios se desarrolla para el objeto de explicar los fundamentos de los procesos, por lo que todos los instrumentos se crean para solucionar problemas concretos con aplicaciones inmediatas en cada campo, aunque eso no deja de implicar que instrumentos tan viejos y que proceden de épocas prehistóricas como el mortero, aún se empleen en los laboratorios de química más avanzados, o que de esta época procedan procesos químicos complejos como la fabricación de ladrillos comunes o de azulejos.

Las excavaciones arqueológicas continúan aportando pruebas del uso en Mesopotamia de losas de tierra cocida (pintadas por la parte exterior y después barnizadas) para pavimentar y decorar diferentes sectores de su arquitectura, desde los sencillos hogares hasta los palacios imperiales. Así lo confirman y documentan los descubrimientos hechos en diversos enclaves de la cultura del Imperio Asirio o el Persa, con ejemplos importantes como los frisos de las murallas de Babilonia, la fortaleza de Khorsabad, la antigua ciudad de Nínive, o el Palacio de Susa.

La química griega

Las primeras civilizaciones, como los egipcios babilonios, indios acumularon conocimiento práctico sobre las artes de la metalurgia, la cerámica y los tintes, pero no desarrollaron una teoría sistemática y abstracta. Una hipótesis química básica surgió por primera vez en la Grecia clásica con la teoría de los cuatro elementos. Tal como Aristóteles propuso definitivamente el fuego, el aire, la tierra y el agua eran los elementos fundamentales a partir de los cuales todo se forma como una combinación de estos.

El atomismo griego data del 440 aC, surgiendo en obras de filósofos como Demócrito (Figura 3) y Epicuro. En 50 aC, el filósofo romano Lucrecio amplió la teoría en su libro De rerum natura (Sobre la naturaleza de las cosas). A diferencia de los conceptos modernos de la ciencia, el atomismo griego era de naturaleza puramente filosófica, con poca preocupación por las observaciones empíricas y sin interés por los experimentos químicos, aunque filósofos como Platón les dotaron de formas asociadas a los elementos de Aristóteles en la forma de los estoiqueias. En el mundo helenístico, el arte de la alquimia primero prolifera, mezclando magia y ocultismo en el estudio de las sustancias naturales con el objetivo final de transmutar elementos en oro y descubrir el elixir de la vida eterna. El trabajo, en particular el desarrollo de la destilación, continuó en el período bizantino temprano, siendo Zósimo de Panopolis un alquimista griego-egipcio su exponente más famoso (Lloyd, 2012; Sherwood Taylor, 1937).

La química árabe

 La alquimia continuó desarrollándose y practicándose en todo el mundo árabe después de las conquistas musulmanas, y desde allí, y desde los remanentes bizantinos, se difundió en la Europa medieval y renacentista a través de traducciones latinas. Algunos químicos musulmanes influyentes fueron Abū al-Rayhān al- Bīrūnī, Avicenna (Figura 4) y Al-Kindi, quienes se opusieron al esoterismo y los cuatro elementos de la alquimia clásica, particularmente la teoría de la transmutación de metales; y al-Tusi describió una versión de la conservación de la masa, señalando que un cuerpo de materia puede cambiar, pero no puede desaparecer.

Figura 86.  Avicena. Abū ‘Alī al-Husayn ibn ‘Abd Allāh ibn Sĩnã (en persa: ابو علی الحسین ابن عبدالله ابن سینا; en árabe: أبو علي الحسین بن عبدالله بن سینا; Bujará, Gran Jorasán, c. 980-Hamadán, 1037). Fue médico, filósofo, científico, polímata, musulmán, de nacionalidad persa por nacimiento.​ Escribió cerca de trescientos libros sobre diferentes temas, predominantemente de filosofía y medicina.

El desarrollo del método científico moderno fue lento y arduo, pero un método científico temprano para la química comenzó a emerger entre los primeros químicos musulmanes, a partir del siglo noveno el filósofo árabe ibn Hayyān (conocido como "Geber" en Europa), que es a veces denominado "el padre de la química", introdujo un enfoque sistemático y experimental para la investigación científica basada en el laboratorio, en contraste con los antiguos alquimistas griegos y egipcios, cuyas obras fueron en gran parte alegórica y, a menudo ininteligible. Los alquimistas árabes se comunicaban entre ellos y criticaban, lo cual implica la aparición de las primeras comunidades científicas, con un lenguaje propio y problemas de investigación comunes (Cobb & Goldwhite, 2001).

Figura 87.   Antoine-Laurent de Lavoisier  (París, Francia, 26 de agosto de 1743 - ibídem, 8 de mayo de 1794) fue un químico, biólogo y economista francés. Considerado el «padre de la química moderna»​ por sus estudios sobre la oxidación de los cuerpos, el fenómeno de la respiración animal, el análisis del aire, la ley de conservación de la masa o ley Lomonósov-Lavoisier,2 la teoría calórica, la combustión y sus estudios sobre la fotosíntesis.

La ilustración

Bajo la influencia de los nuevos métodos empíricos propuestos por Sir Francis Bacon y otros, un grupo de químicos en Oxford, Robert Boyle, Robert Hooke y John Mayow comenzaron a remodelar las viejas tradiciones alquímicas en una disciplina científica. Boyle, en particular, es considerado como el padre fundador de la química occidental debido a su trabajo más importante, el texto clásico de la química “El químico escéptico” (Boyle, 1911) donde se hace la diferenciación entre las pretensiones de la alquimia y los descubrimientos científicos empíricos de la nueva química. Formuló la ley de Boyle, rechazó los "cuatro elementos" clásicos  y propuso una alternativa mecanicista de átomos y reacciones químicas que podrían estar sujetos a un experimento riguroso (Brock, 2016; Jensen, 1998; Kuhn, 1952; Larrañaga et al., 2016).

Figura 88.   Georg Ernst Stahl (22 de octubre de 1659 - 24 de mayo de 1734) fue un químico, médico y filósofo alemán. Apoyaba el vitalismo, y hasta finales del siglo XVIII sus trabajos sobre el flogisto fueron aceptados como una explicación para los procesos químicos.

Figura 89. Sir Humphrey Davy, 1er Baronet,  (Penzance, Cornualles, Reino Unido, 17 de diciembre de 1778 - Ginebra, Suiza, 29 de mayo de 1829) fue un químico británico, considerado el fundador de la electroquímica, junto con Alessandro Volta y Michael Faraday.

El flogisto, el átomo y la química de gases

La teoría del flogisto (una sustancia en la raíz de toda la combustión) fue propuesta por el alemán Georg Ernst Stahl (Figura 5) a principios del siglo XVIII y fue anulada por el químico francés Antoine Lavoisier (Figura 6), el análogo químico de Newton en el siglo pasado para la Física; quien hizo más que ningún otro para establecer la nueva ciencia sobre una base teórica adecuada, elucidando el principio de la conservación de la masa y desarrollando un nuevo sistema de nomenclatura química utilizado hasta el presente, también enfocándose en el desarrollo de textos de enseñanza para popularizar su punto de vista.

Antes de su trabajo, sin embargo, se habían hecho muchos descubrimientos importantes, específicamente relacionados con la naturaleza del "aire" que se descubrió que estaba compuesto por muchos gases diferentes. El químico escocés Joseph Black (el primer químico experimental) y el holandés J. B. van Helmont descubrieron el dióxido de carbono, o lo que llamaron "aire fijo" en 1754; Henry Cavendish descubrió el hidrógeno y dilucidó sus propiedades y Joseph Priestley e, independientemente, Carl Wilhelm Scheele aisló el oxígeno puro (Brock, 2016; Jensen, 1998; Kuhn, 1952; Larrañaga et al., 2016).

El átomo

El científico inglés John Dalton propuso la teoría moderna de los átomos; que todas las sustancias están compuestas de 'átomos' indivisibles de materia y que átomos diferentes tienen pesos atómicos variables.

El modelo matemático de Dalton presentó fallas graves que casi lo convierten en un hazmerreir científico. Estos problemas fueron corregidos por químicos de gases como Joseph-Louis Gay-Lussac, Amadeo Avogadro, y Stanislao Cannizzaro entre muchos otros. Sin embargo, la teoría atómica no fue fácilmente aceptada y durante casi todo el siglo XIX se dudó de su existencia. Aunque sus afirmaciones no serían confirmadas sino hasta el siglo XX por parte de Perrin y Einstein (Bigg, 2008; Haw, 2002; Philibert, 2006).

La tabla periódica y la purificación de elementos

El desarrollo de la teoría electroquímica de combinaciones químicas se produjo a principios del siglo XIX como resultado del trabajo de dos científicos en particular, J. J. Berzelius y Humphry Davy (Figura 8‑9), hecho posible por la invención previa de la pila voltaica de Alessandro Volta. Davy descubrió nueve elementos nuevos, incluidos los metales alcalinos, extrayéndolos de sus óxidos con corriente eléctrica. El británico William Prout propuso por primera vez ordenar todos los elementos por su peso atómico, ya que todos los átomos tenían un peso que era un múltiplo exacto del peso atómico del hidrógeno. J. A. R. Newlands ideó una tabla inicial de elementos, que luego fue desarrollada en la casi-moderna tabla periódica de elementos en la década de 1860 por Dmitri Mendeleev e independientemente por varios otros científicos como Julius Lothar Meyer. Los gases inertes, más tarde llamados gases nobles, fueron descubiertos por William Ramsay en colaboración con Lord Rayleigh a fines de siglo, completando así la estructura básica de la tabla, aunque muy diferentes de nuestras tablas de mano, las cuales no se estandarizarían sino hasta el siglo XX (Brock, 2016; Jensen, 1998; Kuhn, 1952; Larrañaga et al., 2016).

La físico-química nuclear y el átomo

A comienzos del siglo XX, los fundamentos teóricos de la química finalmente se comprendieron gracias a una serie de descubrimientos notables que tuvieron éxito al explorar y descubrir la naturaleza misma de la estructura interna de los átomos. En 1897, J. J. Thomson de la Universidad de Cambridge descubrió el electrón y poco después el científico francés Becquerel y la pareja Pierre y Marie Curie investigaron el fenómeno de la radioactividad.

Figura 810Niels Henrik David Bohr (1885-1962) fue un físico danés que contribuyó en la comprensión del átomo y la mecánica cuántica. Fue galardonado con el Premio Nobel de Física en 1922

En una serie de experimentos de dispersión pioneros, Ernest Rutherford de la Universidad de Manchester descubrió la estructura interna del átomo y la existencia del protón, clasificó y explicó los diferentes tipos de radiactividad y transmutó con éxito el primer elemento bombardeando nitrógeno con partículas alfa. Su trabajo sobre la estructura atómica fue mejorado por sus estudiantes, el físico danés Niels Bohr y Henry Moseley. La teoría electrónica de enlaces químicos y orbitales moleculares fue desarrollada por los científicos estadounidenses Linus Pauling y Gilbert N. Lewis. El año 2011 fue declarado por las Naciones Unidas como el Año Internacional de la Química. Fue una iniciativa de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada, y de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura e involucra sociedades químicas, académicos e instituciones de todo el mundo y se basó en iniciativas individuales para organizar actividades locales y regionales (Van Melsen, 2004).

Aclaraciones finales

Esta breve reseña de la historia de la química se realiza desde la perspectiva de la química general o química inorgánica, por lo que se ha excluido de manera consciente los detalles de la historia de la química orgánica, y la bioquímica.